Los achaques de la estrella de Lakers, un maniático incorregible.
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Las lesiones no consiguen frenar a este veterano cabezotaLos achaques de la estrella de Lakers, un maniático incorregible. Las lesiones no consiguen frenar a este veterano cabezota.
Dicen que se pone hielo en las rodillas y en los pies tres veces al día, y continuamente tiene problemas en el hombro derecho. No ha querido operarse, y por eso juega con un dedo lesionado. Además, sufre dolores por contracturas en el cuello. También ha estado tocado recientemente por problemas en la ingle. Pero no se ha perdido un partido esta temporada.
Llegó a la NBA con 17 años, pero ya tiene 31. Le quedan menos de dos de contrato con los LAKERS, con el que, se dice, se cuenta, que pretende firmar una (¿última?) extensión, de tres temporadas más. Kobe es uno de los pocos, poquísimos jugadores que viste la misma camiseta desde el siglo pasado.
Kobe se ha hecho mayor. Tanto, como para haber batido los récords típicos de quien lleva mucho tiempo en activo y ha empezado su carrera muy joven… y sí, también algunos otros que no tienen que ver con la edad. Sin embargo, de los 81 ante Toronto y de los 62 ante Dallas han pasado casi cuatro años. El número 8 no lo luce desde la campaña 05-06.
Pero por muy maduro que esté este jugador hay cosas que nunca cambian: en el momento de escribir este artículo Bryant llevaba esta temporada 4 técnicas en 14 partidos, en su carrera acumulaba 114 y en los últimos 8 años nunca ha bajado de 10. No es lo único en lo que no ha cambiado. Acaba de celebrar su partido número 100 con 40 puntos o más (o muchos más) y ha batido el récord de Jordan de más veces elegido mejor jugador de la semana. Otra vez el imitador.
Tiene tanta pinta de veterano que esta campaña se le ha visto meter una canasta a lo Larry Bird. Se acerca a los 1.000 duelos disputados en su carrera y su hija mayor, Natalia Diamond, hace tiempo que ya va al colegio.
Con el tiempo se ha vuelto maniático, y es siempre el primero, o de los primeros, en llegar a los entrenamientos y a los partidos. Odia llegar tarde, odia no jugar por lesión y odia perder. Esto último, lo que más.
Por eso esta temporada juega 38 minutos de media, promedia cerca de cuatro puntos más que el año pasado (30), se ha hartado de anotar cuando no estaba Pau (cuando los Lakers pierden, Kobe mete 19, cuando ganan, 30), ha mejorado sus porcentajes en tiro (48,8%), sigue impecable en tiros libres (85,7%) y ha subido hasta los dos robos por noche. Todo con tal de que los Lakers alcancen la cabeza del Oeste y de la Liga y afronten los Playoffs como a Kobe le gusta, los mejor colocados de cara al único objetivo posible: ganar el anillo. Esto último lo ha hecho ya cuatro veces, y aunque Kobe se haya hecho mayor, todavía piensa que no son suficientes. ¿Cuántos títulos le faltan para quedarse conforme? Muchos tienen clara, clarísima, la respuesta.
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