"El duque de Richelieu, preocupado con el plan de ataque general, vagaba cierta noche por las calles de Mahón, sin acordarse de tomar alimento, y apremiándole el hambre, entróse muy tarde en una fonda para pedir de comer. Al decirle el fondista que ya no quedaba nada, le rogó lo mirara bien, y registrando aquél la cocina, halló unas piltrafas de carne, de ingrato aspecto, diciéndole:
—Señor, es lo único que hay, y no es decente para vuestra Excelencia
—Arréglalo como puedas, que en tiempo de hambre no hay pan duro.
—Hízolo así el fondista, y se lo presentó con una salsa que fue tan grata al duque, que hubo de preguntar qué salsa era aquella tan sabrosa.
—Señor, es simplemente una salsa de huevo.
—Pues dígame cómo se hace que lo voy a apuntar.
CUAL PREFIERES ???
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