Pies estrechos En muchas zapatillas de deporte, los agujeros están colocados en zigzag. En tal caso, utiliza unicamente la fila exterior para que la zapatilla se recoja alrededor del pie.
Pies anchos Si utilizamos zapatillas con agujeros cruzados, conviene utilizar unicamente la fila interior, la más cercana al empeine, en la zona central del pie, ya que así no tiramos de los lados y éste dispondrá de espacio suficiente. La sensación de alivio es similar a la que tenemos cuando nos desabrochamos un agujero del cinturón.
Pies con inflamaciones u otras heridas En la zona afectada deja una de las filas de agujeros sin atar y mete el cordón directamente en la siguiente. Para mejorar la comodidad, conviene además sacar un poco hacia fuera la lengüeta de la zapatilla.
Pies con el empeine alto Para disminuir la presión de la lazada sobre el empeine, empieza metiendo el cordón de dentro a fuera, desde el tobillo hacia la punta del pie, sin saltarte ningún agujero, pero sin que se crucen los cordones entre sí por encima de la lengüeta.
Pies con uñas encarnadas o con callos Lo importante en este caso es evitar que la zona de la zapatilla que se encuentra justamente encima de los dedos afectados, y que suele ir reforzada, los aprisione. Empieza metiendo un sólo extremo del cordón desde el último agujero de la puntera en diagonal hasta el primero más cerca del tobillo. El otro extremo se pasa en zigzag, sin saltarnos ningún agujero, de la puntera al tobillo, y al final los dos extremos del cordón sobresalen por encima de la lengüeta.
Pies con talones estrechos Para que los talones no resbalen dentro de la zapatilla y evitar que se formen ampollas debido al rozamiento, la parte superior debe ir bien sujeta. Ata las zapatillas de forma cruzada y en dirección al tobillo hasta llegar a los penúltimos agujeros. De los penúltimos pasa el cordón a los últimos en paralelo, sin cruzar. Ahora vuelve hacia el penúltimo, cruzándolo y pasándolo por debajo del tramo de cordón que acabas de trazar (del penúltimo al último). El resultado permite una mayor sujección del pie al ir los cordones cruzados en diagonal por encima de la lengüeta.
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