publicado por Agustín en marzo de este año.
Anécdotas sobre los árbitros malos
Quiero creer en la honestidad del colectivo arbitral. Me niego a pensar que existan campañas orquestadas para perjudicar a determinados equipos. Pero sí les aseguro que he conocido a colegiados que sí han arbitrado partidos con el claro objetivo de perjudicar a alguien.
En mis más de tres décadas viviendo en primera fila este apasionante mundo de la canasta he sido testigo de grandes encerronas y de robos descarados. Personajes que, luciendo el pantalón y la camiseta gris, se han atrevido a acudir a una cancha para barrer de la misma a un equipo para beneficiar al otro. He podido ser testigo -y lo he denunciado en su momento, censurando sus actuaciones y pidiendo la sanción del Comité de Competición- de personas que hoy en día se autoproclaman defensores de lo legal, de la ética y de la defensa de la honestidad de los árbitros y que, en su etapa de árbitros, tuvieron la desfachatez de acudir al Colegio de Árbitros para pedir voluntariamente la designación de un determinado encuentro de carácter regional, argumentando que su línea había sido excelente y que merecía ese premio. Luego, en la cancha, esos ¿deportistas? evidenciaron tener debajo de esa ropa gris la camiseta blanquiazul del equipo de Tenerife para “ayudarle”, con sus desafortunadas e injustas decisiones, a remontar hasta 30 puntos de diferencia.
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